San Francisco
San Francisco era fan de las cuaresmas, ¡hasta dicen que hacía tres cuaresmas al año! Pero eran otros tiempos. Sabemos que San Francisco fue un hombre muy radical, muy idealista, muy santo. Tal vez no podamos ser exactamente como él o hacer exactamente lo que hacía él, pero sí podemos mirar su ejemplo y entresacar algunos episodios de su vida que nos pueden ayudar para nuestro crecimiento en el amor en esta Cuaresma. 1. Abrazar al leproso. Cuentan los biógrafos de San Francisco que un episodio muy importante en su proceso de conversión, fue el día en que se encontró por el camino a un leproso. Francisco les tenía pavor, porque tenían una enfermedad que hacía que la piel se les pudriera y se les fuera cayendo a pedazos. Tenían un aspecto horrible, un olor desagradable y, ¡había peligro de contagio! Los leprosos, por esa razón, solían vivir fuera de las ciudades y pueblos, ¡nadie los quería cerca! Cuando Francisco se encontró de frente con un leproso por el camino, primero pensó en sali...